En una sala de baile por un momento se apagaron las luces. Cuando volvió la luz, resultó que a una de las señoras le robaron un caro collar. Durante la investigación se han señalado a cuatro sospechosos. Esto es lo que le dijeron al comisario que se encargada del caso:

- En el momento en el que se apagaron las luces estuve del otro lado de la sala, hablando con el señor Ortega sobre mis problemas familiares. Él lo puede confirmar. - Dijo el señor A.

- Reconozco que cuando eso pasó, justo estaba bailando con la perjudicada, pero, de verdad, ¡yo no he robado ese collar! -Juraba el señor B.

- Cuando se apagaron las luces, estaba ocupado poniendo un papelito debajo de una de las tres patas de la mesa a la que estaba sentado, porque balanceaba mucho. Los señores Verdana, que estaban sentados conmigo, pueden confirmarlo. - Explicó tranquilamente el señor C.

- En ese momento no me acuerdo de lo que estaba haciendo, probablemente hablando con un señor gordo en traje verde. No conozco su apellido, pero creo que si lo buscáramos, confirmaría mi coartada. - Explicaba el señor D.

Pregunta: El comisario ya sabe quién de los cuatro es el más sospechoso, ¿y tú?

El más sospechoso es el señor C, porque está mintiendo. ¡Una mesa de tres patas no puede balancear! Las declaraciones de los demás hombres son fidedignas.