Los niños crean un círculo grande y empiezan a contar por turno. El que “la lleva” entra en el centro del círculo. La persona que conduce el juego grita unos números y los niños a los que les pertenecen esos números tienen que intercambiarse de sitio. Mientras tanto el que “la lleva” intenta atrapar a uno de ellos. Si lo logra, el niño atrapado se convierte en el que “la lleva” y el anterior se pone en su lugar y recibe su número.
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