Si organizamos algo para taparles todos ojos a todos los participantes del juego -y pueden ser muchos-, podemos jugar también al «pastoreo». Los participantes eligen a un pastor y el resto se convierte en ovejas y carneros. Antes de que empiece el juego, el conductor debe explicar las reglas. Es decir, el conductor les venda los ojos a todas las ovejas y a los carneros, y y los lleva a diferentes partes del terreno en el que se realiza el juego (siempre a la vista del pastor y donde puedan escuchar su voz). Luego coloca al pastor en un lugar concreto (no se puede mover) y señala un pequeño espacio alrededor del pastor que simbolizará un corral.

Ahora las reglas y tareas Por supuesto, la tarea del pastor consiste en juntar todo el rebaño en el corral. No puede moverse y no se puede usar palabras, pero puede cantar como un gallo, ladrar, maullar etc. Las ovejas y los carneros pueden decir únicamente «beee...»

Desde luego, para que todo esto sea posible, antes de llevar a los animales a sus lugares, todo el grupo, junto con el pastor, durante 5 minutos se pone de acuerdo y fija la forma de la comunicación, el vocabulario o, como quien dice, «la página de códigos».