Se juega en parejas. Cada una de las parejas obtiene dos cuerdas de un metro de longitud. Las puntas del bramante atamos en las munecas de las dos personas que constituyen una pareja. No se puede atar la cuerda demasiado estrechamente, pero, al mismo tiempo, hay que recordar que hay que hacerlo de tal modo que no se la pueda quitar. Sin embargo, lo más importante es que los bramantes se agarren como lo podemos ver en el dibujo.
Hecho. Estáis ahora atados en parejas.
Ahora pensad si es posible que dos ninos, que constituyen una pareja, atados como si fueran dos eslabones de cadena puedan librarse por supuesto sin desenredar los nudos en las munecas ni cortar la cadena.
Ya oigo que muchos de vosotros dicen que es imposible ya que no se puede separar dos eslabones sin cortar por lo menos uno de ellos.
!Pero sí que es posible!
Explicación:El bramante del companero puesto en la mitad de la longitud embocamos bajo el nudo en nuestra muneca (como en el dibujo). Hay que hacerlo en dirección hacia la mano. Ahora, pasamos nuestra mano por el nudo. Es todo. ¿No me creéis? Estirad los bramantes alejándose uno del otro. Veréis que los bramantes que estaban en vuestras munecas ya no están allí. Os habéis separado sin haber cortado las cuerdas.
El juego que hemos descrito se puede presentar como un truco mágico. Para obtener mejor efecto el mago, después de haber enredado las cuerdas en las munecas, puede manchar los nudos con cera, o sea, “clavar el sello”. Para los espectadores esto será una seguridad que nadie va a desenredar los nudos durante el espectáculo.